Comenzaré diciendo, que la belleza es algo muy personal para cada individuo, y que la belleza de una mujer no se mide por su físico.
Mientras crecía, mi concepto de belleza se limitaba sólo al aspecto exterior.
Pienso que los medios y la sociedad, en muchos casos colaboran con esta percepción, por ejemplo, antes no veíamos actrices con unos kilos de más.
Actualmente, tampoco las vemos con la frecuencia que deberíamos, sin embargo, hay muchas mujeres luchando todos los días, por cambiar está realidad.
¡Bravo por ellas!, debemos promover y entender, que la máxima expresión de la belleza, se encuentra en la diversidad de cada una de nosotras.
La belleza interior
Estoy consciente, de que nuestra apariencia forma parte importante de nuestra belleza integral, y es por este motivo, que no debemos descuidarla.
Sin embargo, a medida que fui creciendo y madurando un poco, me dí cuenta de que la belleza, no se trataba sólo de la imagen.
Los aspectos intangibles, como los sentimientos, y los valores de una persona, también estaban dentro de este concepto.
Al convertirme en una mujer de 30 años, mí punto de vista con respecto a la belleza se terminó de formar, y comencé a percibirla en mi vida, de distintas formas.
Descubrí que la belleza interior, tiene un papel muy importante en nuestras vidas, y es por ésto que debemos esforzarnos por cultivarla, cada día.
Quiero compartir contigo, algunos cambios que experimenté, ya que tal vez, esto te esté sucediendo a ti también.
La belleza de una mujer de 30 años:
Comencé a sentir la necesidad, de cultivar pensamientos positivos. Entendí que cada pensamiento, genera una vibración, por lo tanto debo embellecer lo que pienso, para manifestarlo en el plano físico.
Me sentí más conectada con el amor universal. Entendí que somos parte de un todo, que debo aportar lo necesario para ser una parte útil, dentro de este todo .
Comencé a sentirme atraída, por enriquecer mi espíritu. Por profundizar un poco más, sobre mi existencia.
El agradecimiento constante, se volvió un pilar fundamental de mi día a día. Me permitió apreciar, lo afortunada que soy, y lo bella que es mi vida.
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Reconocí a las personas correctas, esas que me aman porque ven la belleza de mi corazón. Así que comencé, a rodearme de ellas.
Entendí que, tanto lo bueno como lo «malo», me sucedió para enseñarme lo que necesitaba aprender, y que por eso, merezco verlo como algo bello.
Comencé a respetar mi cuerpo de otra manera, reconociendo que es algo valioso, y que merece mi atención y cuidado.
Comencé a pensar un poco más sobre los alimentos que ingiero, los batidos verdes y los vegetales, de repente comenzaron a llamar más mi atención.
Comprendí que no importa si tengo celulitis, canas, o sobrepeso, eso no me hace menos bella.
Vi un poco más allá, descubrí la belleza de lo que me rodea, valorando cada cosa que la naturaleza me ofrece.
Comprendí que siempre voy a estar cambiando, y aprendiendo.
Nada es definitivo. Lo diferente, tiene su espacio dentro de este universo, las vibras, las sonrisas, y el amor, son el lugar donde la belleza real, se manifiesta.
Sin importar la edad, todas podemos ser bellas si enriquecemos nuestro mundo interior, y cuidamos de nosotras mismas.
Lo importante, es estar atentas y no ser indiferentes a los deseos de nuestro corazón.
Acéptate tal y como eres, en este preciso momento porque ¡No hay nada más bello, que ser tú misma!.
Una mujer de 30.



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